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Mensaje de decodificación del Apocalipsis: la Bestia es la política manipuladora, el Dragón es la ciencia destructora y el Falso Profeta es la religión seducida

La Bestia, representación de la astucia, nos da la idea de la Política; el Dragón, en discordancia con la mujer que tenía una corona de estrellas en la cabeza, nos da la idea de la Ciencia en desacuerdo con la Religión, debido a su positivismo; el Falso Profeta, que asume la responsabilidad de anunciar la Verdad, usando astutamente la insignia de los hombres santos, nos da la idea de la Religión, representada por el clero desaprensivo, sensual y sofisticador de cualquier religión, cuando industrializa y atrae el pensamiento básico de sus inspiradores, sea el de Jesús, Buddha o Mahoma; son los que colocan la Verdad adornada de oro y de piedras preciosas en los templos helados, rodeados de hambrientos y desnudos.

Del libro Tiempos de profecías III de Adolfo de Obieta extractamos este mensaje de Ramatís. Coincidimos con la importancia que le da el intelectual argentino, hijo de Macedonio Fernández, amigo de Jorge Luis Borges, a este texto, por lo que nos decidimos a publicarlo. Ramatís es, según lo que se sabe, un espíritu elevado que coopera constantemente para el esclarecimiento espiritual de los hombres, comunicándose con algunos videntes.

Extracto del texto:

El principal propósito en las descripciones fenoménicas comprendidas en los “mensajes”, pues, es “purificar nuestras almas bajo la acción balsámica del Astro Sublime, que es el Cristo“, no interiorizarnos de los fenómenos que se producirán bajo la influencia del astro depurador. Reitera todavía que los recursos purificadores de la Técnica Sideral a través de la acción de ese astro podrían evitarse si hubiéramos cuidado y cultivado la transformación del odio en amor, la crueldad en bondad, el egoísmo en altruismo, la codicia en dádiva, la deshonestidad en rectitud, la hipocresía en sinceridad, el orgullo en humildad, la vanidad en simplicidad y la lujuria en respetabilidad de la función procreativa.
“Si encontráis conveniente ignorar la verdad que describe Juan Evangelista sobre la hora peligrosa que se aproxima a vuestro mundo, en el tiempo del ‘juicio final’, nosotros os advertimos que de modo alguno
resolveréis el problema a través de un convencional olvido espiritual”.

 

1 Amados, no crean a todo espíritu, sino prueben los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo. 2 En esto ustedes conocen el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios. 3 Y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios, y éste es el espíritu del anticristo, del cual ustedes han oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 1 Juan 4

  

La Política, la Ciencia y la Religión son presentados bajo la alegoría de tres espíritus inmundos semejantes a las ranas, porque esos hombres abominables se parecen a los reptiles asquerosos del charco, debido a su piel resbaladiza, que les da protección deshonesta, saltando simbólicamente y escapando de las manos de la Justicia

Evocando las palabras de Jesús: “Cuando comenzaren a cumplirse estas cosas, levantad vuestras cabezas, porque está próxima vuestra redención”, advierte Ramatís que en vez de pretender ignorar las revelaciones del Apocalipsis debemos levantar la cabeza para reconocer, sin recelos, la definitiva realidad de nuestros destinos espirituales.

En fin, para Ramatís, la Política, la Ciencia y la Religión están claramente definidas en el capítulo 16.13-14: “Y vi salir de las fauces del dragón y de la boca de la Bestia y de los labios del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; éstos son espíritus de demonio que hacen prodigio y van a los reyes de toda la Tierra para enviarlos a la batalla en el gran día del Dios Todopoderoso”.

La Política coloca en los puestos administrativos especialistas en el robo dedicados a cazar fortunas fáciles; la Ciencia anticrística desgasta a los genios para atender el pedido infernal en favor de guerras fratricidas

 

Basta un puñado de esos hombres abominables que van “a los reyes de toda la tierra”, es decir se vuelven serviles y se comprometen a practicar acciones indignas, para que quede tiznado el carácter digno de las instituciones organizadas para el bien humano; en Política, buscan los votos del electorado y después malgastan el patrimonio público; en Ciencia, emplean el cerebro genial para la industria bélica tras la destrucción en masa; en Religión, la esperanza del cielo vendida a título de mercadería imponderable.

La Bestia, representación de la astucia, nos da la idea de la Política; el Dragón, en discordancia con la mujer que tenía una corona de estrellas en la cabeza, nos da la idea de la Ciencia en desacuerdo con la Religión, debido a su positivismo; el Falso Profeta, que asume la responsabilidad de anunciar la Verdad, usando astutamente la insignia de los hombres santos, nos da la idea de la Religión, representada por el clero desaprensivo, sensual y sofisticador de cualquier religión, cuando industrializa y atrae el pensamiento básico de sus inspiradores, sea el de Jesús, Buddha o Mahoma; son los que colocan la Verdad adornada de oro y de piedras preciosas en los templos helados, rodeados de hambrientos y desnudos.

“El Dragón, la Bestia y el Falso Profeta sueltan de sus bocas tres espíritus inmundos, espíritus de demonio, que hacen prodigios y que van a los reyes de toda la Tierra. Para nosotros, el profeta reúne en su enunciado tres instituciones de poder y prestigio considerable en nuestro mundo: Política, Ciencia y Religión, que despreocupadas pueden cobijar en su seno a los agentes de la maldad, corrupción e hipocresía, que para la humanidad ignorante hacen prodigios”. La Política coloca en los puestos administrativos especialistas en el robo dedicados a cazar fortunas fáciles; la Ciencia anticrística desgasta a los genios para atender el pedido infernal en favor de guerras fratricidas, fabricando ametralladoras asesinas y bombas desintegradoras; la Religión a través de una parte de sus ministros o adoctrinadores, se torna un mercado, pues negocia a semejanza de los fabricantes de panaceas curativas. Basta un puñado de esos hombres abominables que van “a los reyes de toda la tierra”, es decir se vuelven serviles y se comprometen a practicar acciones indignas, para que quede tiznado el carácter digno de las instituciones organizadas para el bien humano; en Política, buscan los votos del electorado y después malgastan el patrimonio público; en Ciencia, emplean el cerebro genial para la industria bélica tras la destrucción en masa; en Religión, la esperanza del cielo vendida a título de mercadería imponderable. “En el Apocalipsis los agentes nefastos de la Política, la Ciencia y la Religión son presentados bajo la alegoría de tres espíritus inmundos semejantes a las ranas, porque esos hombres abominables se parecen a los reptiles asquerosos del charco, debido a su piel resbaladiza, que les da protección deshonesta, saltando simbólicamente y escapando de las manos de la Justicia.”

  

¡Cuidado, no quedes atrapado!

Fuentes: Tiempos de profecías III de Adolfo de Obieta, La Sagrada Biblia, Sitios de fotos gratuitas, Internet, etc.

 

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