La chacarera

El ritmo más conocido de Argentina es el tango, porque este es un país Federal en los papeles pero no en los hechos. Después del vals, el tango es el ritmo más conocido en el mundo. Pero considero al tango como el folclore porteño, el folclore urbano, es decir, una parte del gran folclore argentino, y es la chacarera quizás su verdadero mayor exponente.

La chacarera es un ritmo y danza folclórica tradicional de Argentina, originaria de la provincia de Santiago del Estero que ha llegado a extenderse por toda la Argentina. Se ejecuta tradicionalmente con guitarra, bombo legüero ( porque se escucha a una legua de distancia ) y violín (generalmente un rudimentario violín santiagueño). Existen chacareras cantadas tradicionales como también solo instrumentales. Es bailada por parejas que danzan libremente (pero en grupo) con rondas y vueltas. Algunos sostienen que es una danza monorrítmica en 3/4, mientras que otros dicen es una danza birrítmica, con la melodía en 6/8 y la base instrumental en 3/4. Esta danza, se toca y se baila en muchas provincias de la Argentina, especialmente en Catamarca, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Jujuy y el norte cordobés. En la Chacarera doble no varía la estructura básica de la chacarera, pero sí la duración de las secciones. Las estrofas ―las coplas o partes cantadas―, pasan de tener 8 a tener 12 compases.

El nombre viene del vocablo «chacarero», trabajador de una ‘chacra’ (chakra: ‘maizal’, en quichua santiagueño), porque generalmente se bailaba en el campo, aunque lentamente hizo avance a las ciudades.

Su origen es muy difícil de determinar pues son pocos los documentos de referencia. Sin embargo, y según la tradición oral se cree que nació en Santiago del Estero, más precisamente en Salavina. El hecho de existir en esta provincia chacareras con letrillas en quichua santiagueño, resulta un factor no desestimable a la hora de atender a esta teoría. A su vez, esta danza tiene una clara influencia indígena y africana, sobre todo en el toque del bombo legüero. La mención más antigua que hay a la Chacarera fue hallada por Isabel Aretz, en las “Memorias de Florencio Sal”, publicadas en Tucumán (en abril de 1913). En estas memorias, se dice que la chacarera se bailaba en Tucumán hacia 1850.

A mediados de siglo XX, con la gran afluencia de migrantes internos, por la industrialización en la zonas fabriles, la chacarera llegó a Buenos Aires. En los años sesenta, la chacarera aumentó su renombre, con el resurgimiento general del folclore argentino, en las voces de  Los Kari Huainas (1947) (Hombres jóvenes ) dirigidos por Oscar Segundo Carrizo representando 5 generaciones de músicos folcloristas en Santiago del Estero y que aun continua, Los Chalchaleros (1948), Los Fronterizos (1953), Los de Salta (1958), Los Cantores del Alba (1958), Los Tucu Tucu (1959), Los Manseros Santiagueños (1961), Hermanos Núñez (1965), Mercedes Sosa (1965), Dúo Salteño (1967) y la familia Carabajal (1970), que representa muchas generaciones de músicos y cantantes de chacarera, comenzando con Agustín Carabajal, Carlos Carabajal (que comenzaron integrando el conjunto Los Kari Huainas), y después con Los Carabajal, de Peteco, de Roxana, y de otros.

Entre a mi pago sin golpear

En Argentina y Bolivia, desde fines del siglo XIX el uso de la palabra pago ha quedado restringido a la población rural más tradicional. Un día me di cuenta de lo profundamente cristiana que es la letra de esta chacarera, así que me decidí a incluirla en “Videos inspiradores”.

Pablo Raúl Trullenque

Pablo Raúl Trullenque, autor de la chacarera Entre a mi pago sin golpear

Pablo Raúl Trullenque fue un poeta, escritor, letrista y coplero nacido en Santiago del Estero el 13 de enero de 1934 y fallecido el 5 de setiembre del 2000. Huérfano de padre desde los cuatro meses, fue lustrabotas, vendedor de diarios y, años más tarde, ayudante de sastre, oficio que le permitió ganarse la vida con decoro. Proveniente de una familia de músicos, desde temprana edad se dedicó a animar fiestas estudiantiles y recitar glosas escritas por él.

En 1957 se mudó a Buenos Aires donde se relacionó con el cantor Roberto Rimoldi Fraga, para quien compuso una serie de encendidas piezas de desbordante fervor nacionalista, como “Argentino hasta la muerte” o la obra integral “Los Federales”.

En su vasta producción se distinguen claramente dos vertientes, una caracterizada por la etapa en que colaboró como glosista de Rimoldi Fraga y la otra, de mayor vuelo poético y temático, cuando se reveló como el autor más importante que haya dado esta provincia en los últimos años.

A partir de su humanismo a ultranza, concibió un arte poético donde caben su naturaleza de hombre santiagueño, su amor por la tierra, su convicción de que lo tradicional es la fuente natural para la fisonomía de un pueblo, sus ideas de poeta, su estilo y su técnica de creador de canciones populares y la pauta de su fundamental gravitación en el proceso de jerarquización literaria de nuestro folklore. Es evidente, porque se evidencia en su obra y en su conducta intelectual, que jamás renunció a su condición de poeta para convertirse en letrista de canciones. Entrevió, más bien, que si escribía sus poemas sólo para la revista o el libro, condenaba a su obra a una supuesta circulación de élites. Por eso eligió para su expresión de poeta la canción; porque entre pecho y espalda portaba un bombo y una guitarra y porque advirtió que la nación era nuestra manera connatural de divulgación literaria y la gran imprenta capaz de comunicar la poesía en gran escala.

Los que aún sostienen que Pablo Raúl Trullenque fue un poeta “menor” porque se limitó a escribir letras para canciones populares, no tienen la menor idea de lo que es ser poeta ni de lo que fue Pablo Trullenque. Él expresó a Santiago del Estero con versos que establecieron una hermandad entre los fantasmas del pasado y los hombres vivientes que hacen la continuidad esencial de un pueblo. Pero como era un hombre viviente -¡y en qué medida lo era!- conjuró en sus canciones a las cosas, a los paisajes y las costumbres del pasado con ideas poéticas tan presentes que fue capaz de consumar una nueva poesía.

Para todas sus canciones empleó, con exquisita elección, el léxico popular, pero con sonidos capaces de transmitir ternuras, amores y compadecimientos.
Esta es, acaso, la cifra capital de la belleza que logra modular en sus inconfundibles metáforas: “Es una falta envido envido su corazón”, “Es un camino que anda solo bajo el sol”, “Por fincas perfumadas”, “Tu boca, enjambre de besos”, “Hoy mi mesa y mi guitarra, mañana mi último abrigo”.

Coplero por excelencia, cultivó la secular tradición española de manera impecable, pero sin permitir que la avara métrica le limite. Si hubiera escrito poemas correctos, poemas regulares, provistos de una gramática tradicional, probablemente hoy sería uno más en la lista de las antologías y las “antojolías”, uno de esos poetas que se leen un par de veces en la vida sin que lleguen a provocar ninguna modificación en nadie.
Pero tuvo la envidiable intuición de olvidarse de los dogmas de la cultura oficial para acercarse al hombre de la calle, al del monte y el campo, al del barrio, al del vino compartido, al amigo amanecido y solo.

Fue varias veces honrado y condecorado: recibió el premio “Cóndor” otorgado por la fundación Estampas y Memorias de la ciudad de La Plata; el premio “Reconocimiento” del centro cultural de la Universidad Nacional de Tucumán, el premio “Ricardo Rojas”, otorgado por la municipalidad de Santiago del Estero, que asimismo le otorgó el título de “Ciudadano distinguido”.

La diócesis de Santiago del Estero lo reconoció con el premio “Eslabón”, en julio del 2000, la Sociedad Argentina de Autores y Compositores lo homenajeó en esta ciudad, oportunidad en que recibió el premio “Chango”.

Una de las bibliotecas populares de esta ciudad lleva su nombre y la Legislatura Provincial lo declaró “Ciudadano ilustre”.

Pero su mayor premio es más sencillo y se renueva todos los días cuando se juntan los compadres y se ven los amigos, cuando las tardes de los viernes se va con los últimos pájaros y empieza lentamente la ceremonia del fuego y del encuentro, la magia convocante del asado.

Cuando la guitarra y el vino despiertan juntos y la mesa es un nido de abrazos y de risas y palabras, cuando cualquiera afina y el otro pide un bombo, cuando arranca el rasguido y la voz se prepara para cantar la copla; es el momento en que, esquivando la tristeza, baja su nombre prendido de los versos para presidir el encuentro de los amigos.
Quiero creer que eso quería Pablo Trullenque, eso buscaba desde que comenzó a escribir.
Estar volviendo siempre.

Nota de José Félix Luna, publicada en El Punto y la coma. (Tomado de sgodelest.blogspot.com.ar)

 

Entre a mi Pago sin golpear

Fue mucho mi penar
Andando lejos del pago,
Tanto correr
Pa’ llegar a ningun lado
Y estaba en donde naci
Lo que buscaba por ahi.Es oro la amistad
Que no se compra ni vende
Solo se da
Cuando en el pecho se siente
No es algo que se ha de usar
Cuando te sirva y nada mas.

Asi es como se dan
En la amistad mis paisanos.
Sus manos son
Pan, cacho y mate cebado
Y la flor de la humildad
Suele su rancho perfumar.

La vida me han presta’o
Y tengo que devolverla
Cuando el creador
Me llame para la entrega,
Que mis huesos, piel y sal
Abonen mi suelo natal.

La luna es un terron que alumbra con luz prestada.
Solo al cantor
Que canta coplas del alma
Le estalla en el corazon
El sol que trepa por su voz.

Cantor para cantar
Si nada dicen tus versos;
Ay! para que
Vas a callar al silencio;
Si es el silencio un cantor
Lleno de duendes en la voz.

Mi Pueblo es un cantor
Que canta la chacarera
No ha de cantar
Lo que muy dentro no sienta
Cuando lo quiera escuchar
Entre a mi pago sin golpear.

La vida me han presta’o
Y tengo que devolverla
Cuando el creador
Me llame para la entrega,
Que mis huesos, piel y sal
Abonen mi suelo natal.

La historia de la mayoría
de nosotros:
por falta de humildad
terminamos de sirvientes
en otro país
por no servir en el nuestroEn este mundo consumista
hasta la persona termina
siendo usada pero lo peor es
cuando nos convencen
de ser así y esto es aceptado
como algo natural.

( cacho: pedazo )
valoremos la humildad
rechacemos la altanería,
la soberbia: la Casa de Jesús,
María y José, era pobre
pero ¿ era pobre ?

La vida me han prestado
es una de las sentencias cristianas
más profundas que escuché
Devolver el cuerpo a la tierra
para el próximo es tener
Fe en Dios por sobre todo.

Siempre pensé que Dios puso
la Luna por María: ella refleja
la luz de su Sol y el nuestro: Jesús
Y: vox populi, vox dei, para los
elitistas que reniegan del populismo

Esta propia composición es
autoexplicativa, ya que sirve
como ejemplo para el cantor
En vez de cantar comercialmente
a la nada, mejor guardar silencio.
Mucho malo tapa lo poco bueno.

“Mi Pueblo” es el Pueblo santiagueño
que por extensión es el Pueblo
argentino, un país de puertas
abiertas y brazos abiertos
La puerta está abierta, la
invitación: ni siquiera golpee.

El poeta repite esta estrofa
como se pone una lápida
al final de una vida
Pero no una vida cualquiera,
una vida limpia
y Acepta en el Cielo.

 

Fuentes: http://sgodelest.blogspot.com.ar/, Wikipedia

 

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